Bronceadores
La elección del bronceador depende de tu tipo de piel y del acabado que busques. Si tienes piel seca, los bronceadores en crema o líquidos son ideales porque aportan hidratación y un acabado más jugoso. Si tu piel es mixta o grasa, los bronceadores en polvo ayudan a controlar brillos y se difuminan con facilidad.
El bronceador se aplica en las zonas donde normalmente nos da el sol: parte alta de los pómulos, frente, nariz y mandíbula. Un truco muy común es seguir el movimiento del número 3 a cada lado del rostro: desde la sien hacia la mejilla y luego hacia la mandíbula.
Aunque se aplican en zonas similares, el bronceador aporta calidez y un tono saludable a la piel, mientras que el contorno se usa para esculpir y definir rasgos. El bronceador suele tener un subtono cálido, mientras que el contorno es más frío o neutro para crear sombras.
¡Sí! El bronceador no es solo para el verano. Usado con moderación, es perfecto para dar un toque de color y vitalidad al rostro en cualquier estación. Elige tonos más suaves en invierno y más intensos en verano para un acabado natural.
