CEPILLOS DE DIENTES - PARAFARMACIA
CEPILLOS INTERDENTALES Y DENTALES
Desde la más remota antigüedad el ser humano se ha preocupado de la salud de su boca. Hay estudios que indican que en la Prehistoria Neandertales y Sapiens ya poseían nociones de higiene bucodental y usaban palillos, carbón y plantas medicinales para el cuidado de sus dientes.
Sin embargo, el primer cepillo de dientes, similar a los que hoy conocemos, data de 1498, y fue creado en China. Sobre un mango de bambú o hueso se sujetaba pelo de cerdo salvaje (conocido por su consistencia fuerte y recia) creando así un cepillo muy parecido a lo que hoy podemos encontrar en cualquier baño.
Estos primeros cepillos dentales llegaron a Europa en los barcos de mercaderes ingleses hacia el 1600. Sin embargo la invención no fue muy bien recibida por los europeos, pues consideraron las cerdas demasiado recias y el cepillado les causaba molestias e irritación.
El cambio de crin de cerdo salvaje por la de caballo gustó a algunas élites ya que era más suave y agradable de usar que el original chino. Sin embargo, con el tiempo, estas fibras animales se demostraron una potente fuente de microbios, hongos y bacterias que proliferaban entre las crines húmedas y mal lavadas. Por ello se popularizó el gesto de hervir los cepillos para desinfectarlos, pero esto a su vez propiciaba que quedaran blandos e inservibles.
Hasta principios del siglo XX, con la aparición del nylon en los 30's, no se popularizó su uso. El nylon, a diferencia de las cerdas de origen animal, era más resistente, higiénico y flexible y evitaba la proliferación de bacterias porque el cepillo se sacaba mucho más rápido.
El llamado "cepillo milagro" fue el primero en comercializarse en masa, aunque sus cerdas eran tan duras que llegaban a lastimar los tejidos blandos de la boca, por lo que su uso no se hizo muy popular. En los 50's el cepillo Park Avenue consiguió en gran medida mitigar los problemas causados por su predecesor, con unas cerdas más suaves y un precio asequible.
Hoy en día encontramos un sinfín de modelos en el mercado, adaptados a todas las necesidades y también adecuados al cuidado del planeta, por su eliminación de plásticos y residuos indeseados. Según su tipo de cerdas, los cepillos pueden dividirse en:
- Los cepillos de cerdas duras, son las más rígidos, se recomiendan para personas con buena salud bucodental, sin sensibilidad. Se aconseja no frotar los dientes y encías con demasiada fuerza ya que puede causar abrasión.
- Los cepillos de cerdas medias, son los más utilizados, también son idóneos para personas con buena salud bucodental pero que prefieran un cepillado más suave.
- Los cepillos de cerdas suaves, perfectos para quienes posean dientes y encías sensibles, para quienes sufran gingivitis u otras dolencias.
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