Polvos compactos y sueltos
¿No sabes diferenciar entre los distintos tipos de polvos que hay? Tranquila, es muy fácil.
Polvos translúcidos. Si tienes la piel grasa, estos son los polvos que necesitas. Los puedes encontrar compactos o sueltos y matifican la piel mientras la sellan.
Polvos bronceadores. ¿Un toque de color? A veces nos notamos un poco pálidas. Para estas ocasiones, existe nuestos maravillosos amigos polvos bronceadores. Estos polvos con su color consiguen el efecto bronceado, como si hubieramos pasado unos días en la playa aunque la verdad sea que no nos da más que la luz de la lámpara de la ofi. Si quieres, estos polvos los puedes aplicar incluso sin base de maquillaje.
Polvos sueltos y compactos. Podemos clasificar los polvos en dos teniendo en cuenta su formato. Los polvos compactos se presentan como un pastilla grande. Sin embargo, los polvos sueltos los puedes apreciar por parecerse más en su textura la talco, las distintas partículas de polvo son independientes.
Hay días en los que aunque estemos blancas y no nos sintamos mal por estarlo, nuestra cara está tan pálida que una ayudita no nos vendría mal. En estos casos, unos de nuestros fieles compañeros son los polvos bronceadores. Sin embargo, para conseguir este tono bronceado que tanto nos favorece, debemos aplicarlo bien, como merece.
Primero, debemos tener la herramienta adecuada para aplicar los polvos: una brocha o esponja. Usa siempre una brocha grande como la brocha kabuki para difuminar bien. Si usas una brocha pequeña, marcarás demasiado y los polvos serán muy dificiles de difuminar.
Además, podemos conseguir distintos efectos y acabados según apliquemos los polvos bronceadores.
Si queremos conseguir ese atractivo efecto que consigue nuestra piel cuando el sol da su toque, hay que echar los polvos en zonas estratégicas. ¿Cuáles son estas zonas? Pues fácil, aquellas donde suele darnos más el sol, como la línea del cabello, las mejillas, la nariz y hasta la barbilla. Recuerda que solo queremos un toque de bronceado. Por lo tanto, debemos difuminar bien.
Si lo que queremos es conseguir además esculpir nuestras facciones, empieza aplicando por la sien, debajo de los pómulos y justo debajo de la línea de la mandíbula. Después consigue el efecto bronceado aplicando en la frente, en la parte de arriba de las mejillas, la barbilla y la nariz.
Por supuesto, para conseguir el efecto deseado, tenemos que elegir siempre un tono que se parezca al de tu piel y aplicar la cantidad necesaria. Una forma de asegurarte esto, es sacudir la brocha antes de aplicar para retirar el exceso de maquillaje.
Todos los polvos están hechos para ayudarnos a tener un mejor tono y una buena cara todos los días o los que queramos nosotras. Sin embargo, los podemos encontrar en distintos formatos pudiendo clasificarlos en dos: polvos compactos y polvos sueltos.
Los polvos compactos los podrás diferenciar por ser una pastilla compacta. Gracias a su formato, los polvos compactos son ideales para llevar en el bolso y estar en esos momentos en los que necesitas un retoque. Ya que tienen menos riesgo de que ensucien tu bolso si se abren. Lo que sí que hay que tener en cuenta es que tu cobertura es menor pero más duradera que los polvos sueltos. Este tipo de polvos pueden ser usados en todo tipo de pieles
Los polvos sueltos poseen sus partículas sueltas y separadas. Ofrecen una cobertura mayor. Si tu piel es grasa, estos son tus polvos pues ayuda a reducir los brillos.
Los polvos de maquillaje son un producto de maquillaje cuya función principal es matizar la piel y fijar la base maquillaje. Es decir, reduce los indeseados brillos y consigue que nuestro maquillaje sea más resistente y durable.
Este producto no se trata de una tendencia reciente. Es un producto que nunca va a pasar de moda pues nos hace el gran favor de hacer más uniforme nuestra piel.
¿Cómo lo puedes encontrar? Puedes encontrarlo en un frasco redondeado de plástico o metal que se puede abrir. Al abrir encuentras el producto, es decir, el propio polvo, el cuál se aplica con ayuda de una brocha de maquillaje.
